Nombres propios: Frank Lloyd Wright

Durante más de 70 años Frank Lloyd Wright (1867-1959) se dedicó a la arquitectura. Más de 1.100 diseños y 535 obras construidas avalan la prolífica carrera de uno de los más influyentes arquitectos de la primera mitad del S. XX.

Con un estilo personal en el une a la perfección y la función de los edificios con su entorno, Lloyd Wright logró abrir camino a la “arquitectura orgánica”. También fue el impulsor de los espacios abiertos, conocidos como “planta libre”. Su trabajo se desvinculó totalmente de la arquitectura predominantemente europea en aquellos tiempos para crear el estilo americano.

Nació en Wisconsin rodeado de naturaleza, por eso no es de extrañar que su obra adquiriera ese cariz natural. Tras terminar sus estudios de ingeniería se trasladó a Chicago donde estuvo trabajando en dos estudios como dibujante para después comenzar su carrera en solitario.

En 1892 realizó su primera obra como arquitecto, la Charnley House de Chicago. Le siguieron una serie de viviendas unifamiliares caracterizadas por un estilo compacto y austero, opuestas a lo que en aquella época se hacía. También realizó las conocidas como “casas de las praderas”. En ellas se puede ver ya alguna característica de su concepción de la arquitectura: la horizontalidad, el interior organizado en dos ejes cruzados y la prolongación de los techos en forma de pórticos.

Un repaso pormenorizado de su obra sería imposible. De Chicago nos quedamos con La Robie House, en el barrio de Hyde Park, diseñada con líneas horizontales y amplios espacios. También el Unity Temple y la Casa Estudio de Wright, en Oak Park, donde comenzó a desarrollar el uso de las formas helicoidales.

Unas formas que alcanzaron fama mundial en una de sus obras cumbre: el Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York. El museo fue uno de sus últimos proyectos como arquitecto. Allí experimentó una nueva concepción del espacio, fundamentada en el desarrollo natural de plantas curvas en continuum.

En la primera década del siglo XX, y tras unos viajes a Japón y Europa, construyó en su Wisconsin natal la casa Taliesin I para su familia. Sin embargo fue trágicamente destruida por un incendio que acabó con la vida los suyos. Esto le afectó de tal modo que durante unos años abandonó Estados Unidos y se trasladó a Japón, donde trabajó con el estilo de los palacios tradicionales nipones en el Imperial Hotel de Tokio. En 1921 regresó a América y reconstruyó dos veces Taliesin.

En los años siguientes se centró en trabajos más teóricos. Regresó a la práctica con obras en las que el hormigón armado desempeñó un importante papel. De este momento surge otra de sus obras más destacadas, la Casa Kaufmann o Casa de la Cascada, que se adapta a la perfección al escalonamiento del terreno y prolonga hacia el exterior el espacio interior en una búsqueda de integración entre arquitectura y naturaleza.

No podemos dejar de destacar el complejo de Taliesin West, en Phoenix, donde logró unir todos los elementos formales de su obra.

Del legado de Wright,  la arquitectura posterior ha recibido una fuente de inspiración para armonizar la continuidad del entorno con el exterior de los edificios, uniendo lo natural  y la arquitectura y la creación de un espacio expresivo en el interior que da protagonismo al volumen abstracto.

Imágenes: Pinterest.